13 mar 2012

Puntos suspensivos.


 Siento un vacío enorme en mi interior, como si me faltara algo. El estómago se me cierra. No tengo hambre y dejo de comer. Hoy no tengo ganas de hacer nada más que recordarte. Me siento completamente sola en mi mundo ahora mismo. Este vacío aumenta cada día, cada hora y cada segundo que pasa es lento y desgarrador. Dudo. Dudo de mi misma, de mis capacidades y me doy cuenta de que este vacío tan grande, mi cuerpo lo había experimentado anteriores veces, pero nunca con tanta fuerza...
 Miro atrás y pienso en todo lo que he hecho a lo largo de mi vida y en cada momento, en cada recuerdo aparece él, mi abuelo. El que ha visto mis primeras sonrisas, mis primeros pasos, escuchó mis primeras palabras e incluso me enseñó a dibujar.
 Le recuerdo cada día. Debo reconocer que los primeros días, las primeras semanas e incluso los primeros meses han sido los más difíciles, al igual que cualquier día que decido ponerme a ver álbumes y álbumes llenos de fotos. Eso si, hoy en día veo esas fotos con una sonrisa pintada en mi cara, las miro con orgullo porque sé que he tenido el mejor abuelo del mundo.

13/03/2011.



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