Ese mismo día, me hiciste sentir cosas que nunca antes había sentido... Te habías instalado justo al lado de mi sonrisa. Sin que me diera cuenta apareciste y lo llenaste todo de luz. Iluminaste mi vida. La hiciste mejor. Mi vida es lo que es hoy en día gracias a ti.
Fuiste la casualidad más oportuna y bonita de todas. Lo mejor que me ha pasado en la vida.
Inundaste esos días de recuerdos, de conversaciones y tonterías inolvidables, de historias imborrables, de sonrisas eternas. Y por alguna que otra razón que hasta hoy en día no me puedo explicar, después de año y medio a tu lado, no puedo dejar de pensar en esos días, en el principio, en cómo empezó todo... Quizás ahora que ya no somos, quiero volver a ser contigo, aunque tú tengas otros planes...
PERDIDA
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