“Disculpa las ganas inquietas, no tengo ánimos para pensarte. El viento sopla fuerte y yo quiero ir con él; a donde sea, a donde él quiera.
¿A qué vienes ahora? No ves que ya no estoy, que ya no soy. Ya no hay manías que me amarren a tus piernas, me siento libre, fuerte, potente. Me siento yo de nuevo. Mi león me acompaña y yo le acompaño, llevo café en los bolsillos y sonrisas en los labios. ¿A qué vienes ahora? No te estanques, sigue caminando. Ya no es la hora, ni el momento. Despidámonos que ya no somos, no.”
— Malaci.
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